Bici para el pueblo

La bici que tengo en el pueblo es la Orbea Sierra Nevada, que es una bici de carretera antigua. Me apetecía tener allí una bici de montaña para recorrer los caminos, porque las carreteras son estrechas y me da bastante miedo, y más con una bici tan antigua.

Tenía claro que no quería gastarme mucho dinero, aunque tuviera que dedicarle tiempo a la puesta a punto. Así que estuve buscando en Wallapop bicis decentes baratas. Mérida, Orbea, BH, Conor... de gama media-baja.

Tanteé algunas entre 50 y 80€, pero, o no contestaban, o estaban vendidas, o tenían problemas importantes. Tuve que subir un poco el listón y encontré una Orbea Sport Cross Country SATE 13, talla 18 en muy buen estado por 120€.


Pros: es Orbea, lleva bloqueo de la suspensión en el manillar y lleva frenos de disco. Contras: supera mi presupuesto inicial, monta Shimano Acera, que es gama media baja, y es posible que tuviera algunos desperfectos, porque estaba muy bien de precio, la mitad de lo que es habitual en este modelo.


En la web de Orbea dice: “Esta que ves no es la mejor bicicleta de Orbea. No es carbono, no lleva las últimas tecnologías, no tiene el 4x4 Triangle ni el SSN. Pero quizá tú no necesites nada de eso. Quizá tú quieras una montura poderosa, que te responda allá por donde la lleves, que nunca te falle, que haya sido diseñada en base a lo que necesitas. Porque cada uno somos diferente. Y por eso Orbea tiene las Sport y te ofrece además dos cuadros a elegir: Hydro Sport y Sport. Cuatro montajes diferentes donde encontrarás bicicletas con unas prestaciones de profesional: dirección semintegrada, óptima rigidez, nulo mantenimiento, tuberías hidroformadas, tirantes y bases con sbend, curvatura. Además, con una estética inmejorable con los puños, pedales, sillín, horquilla y cuadro formando un todo. Si la rompes es que eres una bestia indomable.”

Una vez que la tuve en mi poder, comprobé que estaba realmente bien. Sólo tenía un par de defectos:


Un indicador de cambios roto, una camisa perjudicada y el freno trasero había que regularlo.

Tras limpiarla bien y engrasar la cadena, hice algunos cambios: puse los pedales automáticos, que compré baratos de segunda mano, cambié las empuñaduras, esa camisa rota, los mandos de los cambios, cambio de pastillas y líquido de frenos y añadí las luces, bomba y bolsa de herramientas.




La bici va muy bien. Sólo me falta tener la oportunidad de llevarla al pueblo para dar por terminada esta aventura.


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